Abrirse a la prosperidad – Segunda parte
Louise L. Hay
¿Cómo es tu casa? ¿es un lugar en el que te encanta vivir? ¿es cómoda, alegre? ¿o es incómoda y desordenada? ¿refleja el amor que le tienes? ¿y cómo es tu ropa? ¿sólo te produce molestia? ¿o es algo que te produce alegría porque es un reflejo de ti? ¿En qué estado está tu cuenta bancaria? ¿eres amigo o enemigo del dinero?
Tú no necesitas la aprobación de nadie para vivir bien. Si consigues que lo que haces funcione ¡disfrútalo! Si tu vida está llena de amor, no hagas caso a lo que te diga una persona triste y sola sobre cómo tienes que llevar tu vida. Sólo escucha consejos de los triunfadores, de la gente que sabe lo que hace, que tiene éxito y que es positiva.
Necesitamos saber que nuestro trabajo es sólo un canal de una fuente infinita. ¿Consideras tu trabajo como algo penoso que debes realizar o lo consideras como algo que te encanta hacer y con el que disfrutas? Todo pensamiento negativo que tengan sobre el dinero está orientado a la pobreza. Es necesario que escuchemos lo que decimos y pensamos, eliminar pensamientos negativos y hacer un hueco para que entren cosas nuevas. “Estoy abierto y receptivo a todo lo bueno. Hoy es un día fabuloso de prosperidad.” Piensa que sólo te van a ocurrir cosas buenas y, generalmente, así será. No huyas de las afirmaciones o hechos negativos, pero no les des poder. Procura que se conviertan en realidades positivas, en afirmaciones positivas: “me va a ir bien”, “se va a solucionar”, “voy a lograrlo”. Una afirmación es como sembrar una semilla en la tierra. No crece inmediatamente, debes nutrirla. Aprendamos a usar nuestra mente, a amarnos y así atraeremos cosas buenas a la vida. Pensemos que lo que tanto deseamos nos está buscando. Nos merecemos lo mejor y estamos dispuestos a aceptarlo... Vamos de éxito en éxito, de alegría en alegría, de abundancia en abundancia... Estamos abiertos y receptivos a todo lo bueno.
No puede estar bien nuestra autoestima si no somos optimistas. El regalo maravilloso que es la vida, se ilumina o se oscurece según nuestro estado anímico, y éste depende muchas veces de nuestra autoestima. La falta de autoestima es una falta de respeto hacia nosotros mismos que repercutirá en nuestra calidad de vida. Somos protagonistas de nuestra victoria. ¡Sin autoestima, la vida es un fracaso! Afecta nuestros sentimientos, emociones, actitudes, pensamientos y acciones o comportamientos. Trabajar la autoestima significa impulsarnos y cambiar. No es fácil pero es factible con decisión, voluntad y perseverancia.
Si creo que puedo y actúo con mentalidad ganadora, alcance o no mis objetivos, mi autoestima será alta. Por el contrario, si mi sentimiento es dubitativo y está confiado a “la suerte”, o al “ojalá me ligue”, mi nivel de autoestima será bajo.
“Todo lo que vívidamente imaginemos, ardientemente deseemos, sinceramente creamos
y entusiastamente emprendamos, inevitablemente sucederá.” Paul Meyer
Los síntomas de una baja autoestima están caracterizados por el temor a fracasar, tristeza, baja energía, sensación de inestabilidad emocional, falta de confianza, sentirnos víctimas de las circunstancias y/o despreciables. Todo ese cuadro mental es negativo y nos afecta. Aprende a creer en ti: “¡Yo merezco un mundo mejor! ¡Soy capaz que ocurran cosas positivas en mi vida!”
Derrotistas o ganadores: TODO ES MENTAL. El pensamiento se transforma en actos. La pregunta entonces es: “¿Qué pensamientos estoy sembrando en mi mente? ¿Derrotistas o ganadores? No pretendamos cambiar de la noche a la mañana. Nuestra autoestima, como las plantas delicadas y valiosas, amerita un mantenimiento continuo. A toda edad se puede cambiar.
La culpa: nuestra CALIDAD DE VIDA está relacionada con QUÉ TAN EFECTIVOS RESULTEMOS. No podemos ser efectivos si nos culpamos y criticamos porque esto disminuye nuestra valía, la imagen de nosotros mismos. ¡Si tienes confianza, casi todo es posible! Expectativas negativas = baja autoestima.
¡Sé un vencedor! Tenemos todo el derecho a que nuestra vida sea algo realmente grandioso: “La vida no es un ensayo con vestuario. Es un debut y despedida, tiene una duración definida.” Debemos repetirnos día a día: “Voy hacia delante porque estoy creando lo que me encanta ver. ¡Soy un vencedor!”.
“El auténtico viaje del descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en mirarlos con otros ojos.” Marcel Proust
sábado, 8 de noviembre de 2008
Abrirse a la prosperidad-segunda parte.
Publicado por Andrea Mucci en 6:02
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