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sábado, 21 de junio de 2008

La senda del sanador.

LA SENDA DEL SANADOR
Presta atención a lo que tiene corazón y significado

El arquetipo del sanador es una estructura mítica universal que experimentan todos los seres humanos. Entre las culturas indigenas el sanador respresenta el principio de prestar atención a lo que tiene corazón y sentido. Los sanadores de las principales tradiciones reconocen que el poder del amor es la fuerza curativa más importante de que pueden disponer los seres humanos. Los sanadores eficaces de cualquier cultura son los que abren sus brazos al amor, es decir, al reconocimiento, a la aceptación, a las cosas válidas y a la gratitud.

El corazón y sus cuatro compartimientos

Muchas culturas aborígenes creen que el corazón es el puente entre el Padre Cielo y la Madre Tierra. Para estas tradiciones, el corazón de cuatro compartimientos, la fuente que mantiene nuestra salud emocional y espiritual, se describe como pleno, abierto, claro y fuerte. Estas tradiciones creen que es importante comprobar el estado de los cuatro compartimientos de nuestro corazón cada día, preguntándonos: “¿Tengo hoy el corazón pleno, abierto, claro y fuerte?”.
Cuando no ponemos todo el corazón en algo, hacemos las cosas a medias. Esta sensación de estar a medias surge cuando debemos hacer algo que en realidad no deseamos hacer. El hecho de sentirnos a medias nos anuncia que estamos en un lugar equivocado y es el momento de apartarnos de esa situación.
Cuando no tenemos el corazón abierto, estamos cerrados. Estar a la defensiva, encontrarse con las propias resistencias y protegerse ante la posibilidad de sentirse herido son señales de que tenemos el corazón cerrado. El remedio para este estado consiste en ablandarse y reabrir el corazón.
Cuando nuestro corazón no está claro, nos sentimos confusos, dudamos. En tal caso debemos esperar. Los estados de ambivalencia e indiferencia son los precursores de la confusión y la duda. Cuando experimentamos cualquiera de estos estados, se nos está recordando que hemos de aclararnos antes de emprender una acción.
Cuando no sentimos algo con fuerza es cuando nos falta coraje para ser auténticos y decir lo que es verdad para nosotros. Cuando sentimos algo con fuerza, tenemos el coraje de ser quienes somos en nuestra vida. La palabra “coraje” deriva de la palabra francesa coeur, y etimológicamente significa “la habilidad de defender el propio corazón o el propio núcleo”. Cuando exhibimos coraje, demostramos el poder curativo de prestar atención a lo que tiene corazón y sentido para nosotros. Cuando se evidencia en este poema azteca, el corazón y su relación con la autenticidad ha sido un tema perenne, utilizado a lo largo de los siglos.



La persona madura:
corazón firme como una piedra,
corazón tan fuerte
como el tronco de un árbol.
Rostro noble, rostro sabio;
dueña de su rostro,
dueña de su corazón.
La persona madura:
rostro noble, corazón firme.

Los seis tipos de amor universal

Mantener sanos los cuatro compartimientos de nuestro corazón nos permite explorar y abrirnos a los seis tipos de amor universal:
Amor entre compañeros y amantes.
Amor entre padres e hijos.
Amor entre colegas y amigos.
Amor profesional entre maestro y estudiante, terapeuta y cliente, y así sucesivamente.
Amor a uno mismo.
Amor incondicional o espiritual.

Angeles Arrien, 1993 "LAS CUATRO SENDAS DEL CHAMÁN". Gaia Ediciones. Págs. 61-64

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